
Ariada Güil, dietista nutricionista nos da algunas pistas sobre esta preciada fruta tan nuestra, la sandía.
Fruta de gran tamaño que florece entre finales de primavera y principio de verano. Su
dulce jugo, color intenso, aroma y la suave textura de la pulpa, la convierten ser una
de las frutas más refrescante y apreciada durante los meses de más calor, la
temporada de verano.
A nivel de composición nutricional, la sandía está constituida por agua,
aproximadamente en un 95% de su peso total, por lo que es una potente fuente de
hidratación. Posee un bajo contenido energético (30 Kcal por cada 100g de sandía) y
por lo general suele ser una fruta de fácil digestión y diurética, aumentando así la
producción de orina y favoreciendo la excreción de sustancias de desecho.
La sandía o melón de agua es una fruta con un contenido apreciable de vitaminas y
minerales. Cabe destacar su riqueza en vitamina A y carotenoides, entre los que se
encuentra el licopeno. El Licopeno (sustancia antioxidante) es la responsable de la
coloración rojiza de la sandía, su importancia radica en sus propiedades biológicas y
fisicoquímicas en la prevención de enfermedades crónicas en las que se genera estrés
oxidativo como es el caso del cáncer, enfermedades cardiovasculares,
neurodegenerativas o la hipertensión.
Por su composición y propiedades nutricionales, el consumo de sandía también está
indicado y resulta beneficioso en aquellas personas que padecen de cálculos renales,
ácido úrico elevado, retención de líquidos incluso en el proceso de pérdida de peso.
Composición nutricional (100g)

ARIADNA GÜIL (Dietista-Nutricionista) – Núm.Col.CAT1146
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